jueves, 7 de febrero de 2013

- Amar y enamorarse -

En un primer  momento el encuentro es pasional, desbordante, incontenible, irracional. Las emociones nos invaden, se  apoderan de nosotros y durante un tiempo casi no podemos pensar en otra cosa que no sea la persona de quien estamos enamorados y la alegría de que esto nos esté ocurriendo.
Estar enamorados nos conecta con la alegría que sentimos de saber que el otro existe, nos conecta con la poca común sensación de completud. 
Este estado no se sostiene mucho tiempo, pero queda inscripto como un recuerdo que sostiene la relación y que es posible recrear cada tanto. Pasados algunos meses, la realidad nos invade y allí todo termina o empieza la construcción de un camino juntos.
Cuando uno se enamora en realidad no ve al otro en su totalidad, sino que el otro funciona como una pantalla donde el enamorado proyecta sus aspectos idealizados. 
Los sentimientos, a diferencia de las pasiones, son más duraderos y están anclados a la percepción de la  realidad externa. La construcción del amor empieza cuando puedo ver al que tengo enfrente, cuando descubro al otro. Es allí cuando el amor reemplaza al enamoramiento. 
Pasado ese momento inicial, comienzan a salir a la luz las peores partes mías que también proyecto en él. 
Amar a alguien es el desafío de deshacer aquellas proyecciones para relacionarme verdaderamente con el otro. Este proceso no es fácil, pero es una de las cosas más hermosas que ocurren o que ayudamos a que ocurran. 
Hablamos del amor en el sentido de 'que nos importe el bienestar del otro'. Nada más y nada menos. El amor como el bienestar que invade cuerpo y alma y que se afianza cuando puedo ver al otro sin querer cambiarlo. 
Más importante que la manera de ser del otro, importa el bienestar que siento a su lado y su bienestar al lado mío. El placer de estar con alguien que se ocupa de que uno esté bien, que percibe lo que necesitamos y disfruta al dárnoslo, eso hace al amor.
Una pareja es más que una decisión, es algo que ocurre cuando nos sentimos unidos a otro de una manera diferente. Podría decir que desde el placer de estar con otro tomamos la decisión de compartir gran parte de nuestra vida con esa persona y descubrimos el gusto de estar juntos. Aunque es necesario saber que encontrar un compañero de ruta no es suficiente; también hace falta que esa persona sea capaz de nutrirnos, como ya dijimos, que de hecho sea una eficaz ayuda en nuestro crecimiento personal.
El amor se construye de a dos, sobre la base de una química que nos hace sentir diferentes. Quizás por la sensación mágica de ser totalmente aceptados por alguien.
Estar enamorado y amar. Qué difícil hablar de esto.  
Cuando amamos, vemos más allá de lo que se ve, en el amor los cánones estéticos pierden valor
El enamoramiento es más una relación mía conmigo mismo, aunque elija a determinada persona para  proyectar lo mío. Y entonces podríamos preguntarnos: ¿Por qué elijo a esa persona? ¿Qué pasa cuando, después de un tiempo, el otro se empieza a mostrar como es y eso no coincide con mi ideal? 
Allí comienzan los conflictos. Él no es como yo había creído. La disyuntiva que aquí se plantea es ver si puedo amar a este que veo o si me quedo pegada a mi hombre ideal. 
Es en la resolución de este dilema que puede empezar el amor, cuando lo veo y me doy cuenta de que lo amo así como es. Incluso puedo llegar a amar las cosas de él que no me gustan, porque son de él y lo acepto como es. 
Vamos navegando en la relación, que verdaderamente se sostiene si nos mostrarnos, si estamos conscientes de qué nos pasa, si no lo negamos o hacemos como que no pasa nada. 
Conciencia es la gran palabra. Seamos conscientes de lo que nos esta pasando, entreguémonos a ello. Así se cuida y se construye el vínculo. 
El recurso es siempre el mismo: conciencia, centrarnos.  
Solo si estoy dentro de mí puedo manejar situaciones difíciles.

Enamorarse, es amar las coincidencias, y amar, enamorarse de las diferencias.
El enamoramiento no es un sentimiento compartido porque no existe aún el sujeto con quien compartir. 
El enamoramiento es una locura gratuita y casi inevitable, técnicamente un cuadro de confusión delirante con exaltación maníaca. 
El amor, en cambio, es un producto cuerdo y costoso. Es más duradero y menos turbulento, pero hay que trabajar duro para sostenerlo.

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