jueves, 2 de febrero de 2012

Me enloquece tu mirada, me atropello con tus labios, y entre salivas resbala, el mensaje de los sabios. Tus ojos entrecerrados, parecen mirar lo eterno, rodando desaforados, burlamos noches de invierno.
En este juego convexo, tu espalda eclipsa mi ombligo, tu sexo para mi sexo, el mas milagroso abrigo. Tu espalda contra mi pecho, tus pechos en el espejo que refleja desde el techo, pecaminosos reflejos.

Y yo me encargo de contarles que vos derrochas dulzura y ese razgo en tu hermosura produce una envidia sanaimagínate si cuento lo que hacemos en la cama.

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